Hace ya algún tiempo (vale, hace un guevo, pero me apetece escribir de ello), los juegos como Metal Hero, Guitar Hero, Metal Freak y demás, supusieron una revolución en el concepto de videojuego en casa. Cambiaron la idea de que una consola solo se podía manejar desde un mando ordinario, y dicho sea de paso, sembraron el terreno para la WII de Nientendo.
Playstatión, saco diversos juegos que funcionaban mediante un sistema de pulsadores, mediante una webcam, un micrófono o, porque no, una guitarra de esas de playschool, (o algo parecido).
La cosa es que el juegecito de la guitarra, el Metal Hero, enganchó a muchisima gente porque, a pesar de que para tocar música no hacía falta tener ni idea, era sencillo, adictivo y muy entretenido. Y la posibilidad de jugar a dobles o retar a tus amigos a ver quien jugaba mejor, ayudó a ello. El principal problema que tenía este juego, era.. Bueno, que aparte de comprar el juego tenías que comprar la(s) guitarras, y eso suponía un desembolso económico importante.
Pero como siempre, el espíritu freeware no tardó en hacer aparición. Un juego desarrollado en Pyton, imitó perfectamente los fundamentos de estos juegos de play, metal hero y similares, y se comenzó a distribuir de una forma completamente gratuita. Estoy hablando del Frets on Fire.
La guarida de ErDracu 
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